A veces vas por la vida creyendo que estás despierto, y de pronto pasa algo  inesperado, algo que te sacude, algo que te despierta. ¿Hay algo capaz de  despertarnos del sueño más profundo, que es dormir despiertos?. Es paradógico,  pero creo que no hay mejor despertador... que un sueño.
Cuando sos chico,  tenés algo muy claro, tu juguete preferido, es tuyo. Si ves que alguien lo  quiere, sin dudarlo decís, es mío. Defendes con uñas y dientes lo tuyo, tu  juguete, tu lugar, tu novia, pero siempre aparece alguien que viene a  disputartelo. Puede ser una persona o incluso el recuerdo de otra persona, donde  había dos ahora hay tres, y ya estás en una competencia.
La competencia tiene  mala prensa, creemos que ser competitivo es un defecto, nunca una virtud, ¿Pero  no es cuándo no tenemos competencia cuando dejamos de crecer?.
El problema de  la competencia -creo yo- es la falsa creencia de que para que alguien gane, otro  tiene que perder, para que alguien exista, otro tiene que  desaparecer.
Olvidarte que nada es tuyo y que todo lo podés perder, te puede  dormir... se necesita un buen sueño para despertarse.
Se necesita un buen  competidor para mantenerse despiertos, y crecer. Y no hace falta que otro  pierda, la verdadera competencia es cuando todos de alguna manera ganan algo, no  hay garantía de que el sueño vaya a cumplirse, eso te hace esforzarte para ser  mejor, para que elegirse sea de cada día. De lo que sí hay garantía... es que si  aspiras a ser mejor, no hay manera de que no lo seas.